martes, 12 de noviembre de 2019

Avellanas o pistachos

Es habitual encontrar la receta perfecta, en el momento perfecto, pero no tener los ingredientes adecuados. A mi me pasa con frecuencia, por la simple razón de que consulto mis libros de cocina muy a menudo, por el placer de pasar las hojas y embriagarme con las fotos. Pero, ¡ay! si coincide con que tengo un hueco de tiempo en ese momento: manos a la obra.

Esto me ocurrió la semana pasada. Buscando un nuevo libro en mi estantería para emprender otro reto, o similar, de revisar las recetas en él contenidas, me paré en uno de esos múltiples que tengo SOLO de recetas de chocolate "Chocolate. Recetas irresistibles para los verdaderos amantes del chocolate" de la editorial Love Foods. 113 recetas en 223 páginas páginas con bastante buena pinta (todas llevan foto), aunque aún no puedo dar un veredicto de si merece la pena o no, por aquello de que las recetas se ajusten al resultado (no es la primer vez que me deshago de un libro de recetas malas o inexactas, que abundan). Pero si tengo que decir que promete.
Los biscotti son unas galletas de origen italiano en las que la almendra y un doble horneado son sus características básicas. Lo del doble horneado es un método antiguo de mantener los alimentos, sobre todo pensado para los largos viajes de los marineros o los colonizadores (por ejemplo los voortrekkers). Esta receta se ajusta relativamente a la original (no lleva almendra molida) y juega con otras harinas, pero el resultado es muy bueno.

Biscotti integral de chocolate y avellana
La primera intentona fue producto de ese arranque de hacer la receta deseada, en el momento justo, pero sin todos los ingredientes, así es que tuve que emplear harina integral y avellanas. Quedaron unos biscotti grandes, algo bastos, pero sabrosos y con un aroma y sabor a avellana tostada que me ha encantado. Tanto, que la repetí enseguida con los ingredientes originales y el resultado es todavía más espectacular. Como manda la tradición, son estupendos con una taza de te fino o café solo, pero aún me queda maridarlos con un buen tinto o vino de postre (tendré que prepara una comida con sobremesa......). En ambos casos me ha parecido que la receta llevaba poco huevo, lo noto sobretodo en el aspecto poco fino de los bordes. Aunque en la elaboración, cuando hay que formar el rulo o cortar después la forma de las galletas está un poco quebradiza. Con fuerza e intención para formar el rulo, y mimo para cortar las galletas parece que se solventa.


Biscotti de chocolate y pistacho
Biscotti (barritas) de chocolate con pistachos
  • 2 cucharadas de mantequilla sin sal
  • 175 gr. de chocolate semidulce troceado
  • 2 1/2 tazas de harina
  • 1 1/2 cucharaditas de levadura en polvo
  • 1/2 taza escasa de azúcar blanca extrafina
  • 1/2 taza de harina de maíz
  • La ralladura fina de 1 limón
  • 2 cucharadas de licor Amaretto (yo usé Cointreau)
  • 1 huevo ligeramente batido
  • 3/4 tazas (100 grs.) de pistachos troceados
  • 2 cucharadas de azúcar glas para espolvorear (opcional)
  1. Calentar el horno a 160ºC. Preparar la bandeja de hornear galletas como sea tu costumbre. Yo prefiero usar papel de horno o "Silpat"
  2. Fundir el chocolate con la mantequilla al baño de María y dejar enfriar un poco.
  3. Tamizar harina, levadura y harina de maíz juntos. Añadir el azúcar, la ralladura de limón, el licor, el huevo y, por último, los pistachos troceados. Incorporar todo al chocolate fundido y mezclar hasta conseguir una masa fina. (a mi se me queda algo arenosa y que se desmonta)
  4. Dividir la masa en dos y formar dos cilindros, ponerlos en la bandeja del horno y se aplastan hasta conseguir un grosor de unos 2 cms. Hornear unos 20 min. Deben quedar firmes al tacto (yo lo comprobé)
  5. Sacarlos del horno y dejarlos enfriar. Entonces se cortan en rebanadas diagonales. Disponerlas en las bandejas de horno para volver a hornear otros 10 minutos o hasta que queden crujientes (aquí si que dependerá de tu gusto, y encontrarás el punto perfecto después de haberlos preparado un par de veces). Sacar del horno y dejarlas enfriar en una rejilla. Si quieres, espolvoréalas con un poco de azúcar glas (yo sólo se la pondría en el caso de disponerlas en un plato para servir en mesa)

Y aquí aparece la anécdota histórica: en mi casa , mi madre (Sudafricana) ha hablado en ocasiones de los rusks como un recuerdo de infancia, de sus desayunos. Y recientemente, en una visita familiar, mi tía también se ha deshecho en halagos con ellos como su snack favorito. Ahora, con casi 80 años, ya apenas los prepara (prefiere los comerciales) pero a lo que voy, es que parece que los astros me han llevado a preparar estos biscotti en recuerdo de los desayunos de mi madre y su hermana allá por los años 40 o 50. Ambas recetas son de doble horneado, de receta sencilla en su origen, pero que con el tiempo han admitido otras variaciones que enriquecen el resultado final.

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