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Curry de pollo, tofu, arroz y zanahoria |
Hacer una buena foto a un guiso no es fácil. Por supuesto que esta tampoco lo es. Sin embargo, debajo de esa imagen se esconde una historia que para mi es emocionante. Un curry, sea del ingrediente que sea, aún es un plato exótico en muchas casas. Pero en la mía no. A pesar de que mi madre siempre se ha empeñado en que cocinaba fatal, nosotros hemos crecido embriagados por los olores de los 10 o 12 platos que ella nos solía preparar para alimentarnos y hacernos crecer sanos y fuertes. Por raro que parezca, entre ellos está el "curry de pollo". Alguien algún día le enseñó esta receta, allá por los años 80, y ya nunca ha dejado de estar en nuestro recetario familiar. Un plato que ella consideraba que sólo estaba bueno si se preparaba con el curry de la marca Sharwoods que encontraba en los estantes de los supermercados especializados en alimentos de allende los mares o traído de Gibraltar en alguna de las excursiones propias o de amigos. Eso sí, cuidado con la variedad que se elegía o el picante te obligaba a comer más arroz que carne.
La receta original es sólo con pollo y arroz blanco, guarnecido de plátanos glaseados con mantequilla y coco rallado. Como siempre suele sobrar mucha salsa, la uso para una segunda versión que suelo prepararla con más verdura y/o tofu, siempre siguiendo la base de un buen sofrito de cebolla. Y esa es la foto que traigo hoy. Al igual que es una receta que s puede hacer para celiacos, también se puede hacer una versión vegetariana, omitiendo el pollo y el caldo de ave por verduras como zanahorias, habichuelas verdes, coliflor... y caldo de verduras.
Añadir semillas de lino es una de esas nuevas modas por las que me da y ahora pongo lino en casi todo.
Muchas gracias mamá por un fondo culinario variado y consistente que nos ha permitido emanciparnos y no tener que conformarnos con unos espaguetis tristes con tomate de bote.
¡¡FELIZ DÍA DE LA MADRE, Mamá!!
INGREDIENTES:
- 1 pollo troceado
- 2 cebollas grandes
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 cucharada de aceite de oliva
Para la salsa:
- 1 cucharada de mermelada de albaricoque
- 1 cucharada de vinagre de vino
- 1 cucharada de polvo de curry (cuidado con la potencia de picor que se escoge)
- 1 cucharada de harina (si hay celíacos se cambia por harina de maíz y tan panchos)
- Sal y pimienta
En una olla poner la mantequilla y el aceite. Cortar las cebollas en aros y pocharla hasta transparente. Añadir el pollo troceado. Cuando esté dorado, añadir agua o caldo de pollo hasta cubrir y dejarlo unos 20-30 min.
Añadir la mezcla de todos los ingredientes de la salsa y poner a guisar durante unos 15 minutos más. Mover con frecuencia porque se pega con facilidad.
En ocasiones lo he guisado con leche de coco. Se obtienen unos matices muy interesantes.
Servir acompañado de arroz blanco, plátanos glaseados en mantequilla y coco rallado.
Si ha sobrado salsa: volver a pochar en una olla cebolla, añadir unas zanahorias peladas y cortadas en rodajas gruesas. Dejarlo caramelizar unos diez minutos. Si es de tu gusto, añade una tarrina de tofu cortado en cubos y la salsa que te haya sobrado. Déjalo guisar hasta que la verdura esté de la consistencia que más te guste. Sírvelo como de costumbre :-)
(Las cantidades que se usan en esta versión de aprovechamiento depende mucho de la cantidad de salsa que tengas, por eso no pongo ninguna aproximación)
Esto de las sobras y el aprovechar le encantaría a mi madre, sobre todo, porque estos son platos que se hacen en un "pis, pas" y eso a ella le encanta