En mi cocina uso muchos huevos. No sólo en los bizcochos y cremas que uso para mis postres, sino en el día a día. Son tan versátiles que es dificil no pensar en ellos en el momento de preparar cualquier comida. Desde unos huevos revueltos para el desayuno hasta unos huevos pasados por agua para le cena. En este momento además me viene a la memoria una cena exquisita que nos ponía mi abuela: unos huevos duros recién hechos y aliñados con sal, aceite y vinagre...y a mojar,uuuhmmhh¡¡¡ Pero qué huevos nos estamos comiendo es otra historia. Desde hace tiempo intento tener en casa huevos de granja y ya se nota la diferencia. Cuando los consigo ecológicos un disfrute. Ahora ya se consiguen con facilidad, pero hay que decir que los que más me gustan son los de Rio Grande una finca familiar de Coín. Cuando cascas uno de estos huevos se nota la diferencia. Y cuando te comes la tortilla ni te cuento. Total, que lo del colesterol en mi casa no se lleva muy a rajatabla. Y ahora las niñas quieren aprender a hacer la tortilla...temblad huevos, temblad.
Nota: 8 de octubre, día internacional del huevo
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